Feliciano Guirado M

CON SUS MUY honrosas excepciones los partidos políticos ---PRI incluido, por supuesto--- sitúan a militantes distinguidos, activistas y trabajadores en una posición viable ---1-2-3 en la lista--- para ocupar curul en el congreso local o federal, del orden plurinominal. Frecuentemente las posiciones se ocupan para liquidar compromisos a los llamados “padrinazgos”, cuotas o poderes fácticos. Y aquellos militantes con méritos innegables regularmente quedan en el aire y, si acaso, la promesa igual de volátil: “para la próxima, quedas apuntado”. 

Lo mejor del priismo, y lo celebran, es que el mismo Moreno Terán y el dirigente Rosario Rodríguez intervienen en la selección de precandidatos a las presidencias municipales, síndicos y regidores. Si Rodríguez hubiera tomado las decisiones desde un principio, nada difícil se hubiese tornado; ni escisiones estarían registradas. A propósito, pienso que la jugada del dirigente nacional de la CCI, Rafael Galindo, al entrevistarse con Rosario Rodríguez es para exigir la nominación de candidaturas. Obviamente Galindo Jaime hace presión y busca “compensaciones” para ganar regidurías y una que otra sindicaturas. Pero, insisto, no es presionando como se obtienen las posiciones más apetecible. Debe demostrar que tanta ascendencia popular tiene sus huestes en el electorado.Que tanto valen y que beneficios ofrecen.  Por cierto, seguramente cuando Chayo Rodríguez concluya el interinato, el futuro congresista estatal ---Moreno Terán---buscará la presidencia del PRI en Sonora.