Por Feliciano Guirado M.

LA COMISIÓN Estatal de Derechos Humanos, (CEDH) emergió de un letargo, de la modorra infame que duró más de cinco años y que originó en la sociedad una especie de desconfianza en la nobleza de la Institución que, ahora, recobra credibilidad y prestigio ante la exhibición de una dinámica justiciera instaurada por Raúl Arturo Ramírez y Ramírez, quién gratamente sorprende y convence cada día a los sonorenses.

La súbita conversión de la abulia al voluntarioso entusiasmo que hoy exhiben en el marco de una evolución constante, ha originado la vigorosa expansión del universo de atención firme y auténtica a los derechos humanos y el reconocimiento concomitante de las diferentes esferas, verbigracia la del propio Gobernador del Estado, Guillermo Padrés Elías; del Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva y el presidente de la Federación Mexicana del Organismo de Derechos Humanos, Jesús Álvarez Cifrián.