Por Martín Romo

Y sí que merece comentario aparte, la manera en que han politizado un asunto que es meramente jurídico, como es la cancelación del permiso como actuario de Adrián Manjarrez, por reiteradamente incumplir con el procedimiento notarial, pero que por ser líder del PRI en Cajeme, es que dizque quiso usar sus influencias políticas para evitar la aplicación de la legislación. Aunque a final y después de varios zafarranchos que promoviera Manjarrez, en su intento por evitar el desalojo, para el retiro de los sellos y demás, resulta ser que el mismo Colegio de Notarios es el que le diera una de su propio chocolate, al dar fe o avalar las recurrentes irregularidades que le detectara la Dirección de Notarías del Estado, lo que terminó de echar por tierra su débil defensa. De ese vuelo. Ya que ante esa puntilla que le dieran sus propios colegas a Adrián, como son los que están aglutinados en ese gremio notarial, queda como una mera fácil salida la justificación que se traía, de que era un asunto político-partidista del Estado en contra del ex partidazo, cuando constan en actas las fallas que le detectaran en una visita de rutina que la ley obliga hacerle por lo menos una vez al año a las notarías.

Aunando a que por otro lado también es de llamar la atención, el inusitado interés de algunos personajes priístas del yaqui, lo que hace pensar que podría haber mucho qué esconder en los expedientes “rescatados’” el pasado viernes por la “Procu” estatal, vía el cumplimiento de ordenamiento judicial, que es como se concretó esa revocación, en primera instancia impedida por una manifestación tricolor.