Por Martín Romo

Los que siguen dando muestras de ser reactivos, más que proactivos, son los atortugados, que no es lo mismo que atarugados, dela Unidad Estatal de “Desprotección” Civil, que en teoría comanda Víctor Landeros Arvizu, como lo confirma la multa de $90 mil pesos que le aplicaran al centro de pernocta de Sictuhsa, a raíz del incendio que se registrara en ese lugar. ¡Tómala!. Porque como ya se ha vuelto una mala costumbre, sólo hasta cuando ya ardió Troya, o dicha área de resguardo de los camiones dela Sociedad Integradoray Concentradora del Transporte Urbano en Hermosillo (Sictuhsa), es hasta cuando Víctor Manuel y sus malas compañías cayeron en cuenta de las faltas de medida de seguridad que ahí imperaban, motivo por el cual ordenaran subsanarlas. De ahí que vuelva a surgir la obligada y recurrente pregunta, de que si por qué con anticipación o preventivamente no hacen la inspección correspondiente para prevenir esa clase de siniestros, como el que en esta ocasión pusiera en riesgo a la población que vive en la zona aledaña donde se ubica el mencionado parqueadero, localizado al Norponiente de la ciudad. Así la reiterada incompetencia.

Ante lo que concluyen que la quemazón en cuestión, que dejara varias unidades del transporte urbano chamuscadas, no es más que la punta del iceberg, a partir de una falta de prevención o la carencia de una estrategia para supervisar en tiempo y forma las condiciones en que operan la mayoría de los inmuebles de “Hornosío”, que por lo que se ve están a la buena de Dios o en un latente riesgo. Para el caso sólo basta recordar la pasada incendiada que se pegara una tienda de ropa del mero sector Centro, la cual por poco y provoca que se registrara un fuego en serie, por todos los comercios estar pegaditos o uno tras otro, sin que nunca se hubiera sabido que se determinará alguna disposición para reducir el peligro para la clientela, a pesar de que son una auténticas ratoneras, con una sola salida.