Por Rafael Cano Franco

“El populista focaliza su ayuda, la cobra en obediencia. Con todo, tampoco los incentivos económicos bastan. Para mantenerse en el poder el populista militariza simbólicamente la plaza pública, alienta la confrontación entre el pueblo y las elites internas, y lo moviliza contra el “acechante” enemigo exterior.

Uso lo anterior para decir que el populismo se volvió una carta de cambio de nuestros políticos y prueba de que no tiene ideología es que en Sonora lo aplicó un gobierno priísta como el de Manlio Beltrones o el de Eduardo Bours; pero también es una cotidianidad con Guillermo Padrés. El asunto es que ahora, los candidatos del PAN a las diputaciones locales, con una falta de imaginación total apelaron al “populismo” para lograr votos.Ofrecen zapatos a los niños, algo que es altamente emotivo y también tiene todo el tufo del populismo más recalcitrante.

Estos Candidatos del PAN a la legislatura local pretenden manifestar un conocimiento de las necesidades del pueblo, por ellos les “disfrazan” la compra del voto a cambio del ofrecimiento de un par de zapatos para sus hijos(as); la idea no es mala electoralmente, pero si es engañosa. A final de cuentas ese par de zapatos no se los van a comprar los diputados con su dinero, saldrá del presupuesto público, mismo que se obtiene con los recursos que vía impuestos pagamos todos los ciudadanos. Más triste que la medida afecte a quienes no tienen hijos en edad escolar y que a niños de condición económica acomodada también “les resuelvan esa problema”. Está claro que la función de un diputado no es convertirse en “zapatero”, su labor es crear leyes que fomenten el desarrollo. Si esos legisladores que ahora se “arropan” con las necesidades populares y las pretenden resolver con los recursos públicos, tan escasos y volátiles, propusieran crear leyes que promocionaran el empleo bien remunerado, no habría necesidad de repartir zapatos; los papás tendrían los recursos económicos para comprarlos.

Por eso me gusta más la propuesta de Francisco Búrquez y Chito Díaz, en la que existe una fórmula de desarrollo económico