“Es importante que todos los liderazgos que tenemos en el PAN expongan ante los panistas y los ciudadanos su ideario, su visión, sus logros, trayectorias y propuestas”. Así dijo el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero el miércoles 9 de febrero, cuando enlistó por lo menos a diez ‘tapados’ rumbo a la candidatura presidencial de 2012, si es que algo queda del país para ese año.

Más se tardó en decirlo, que en aparecer al día siguiente una semblanza prolijamente detallada en aquellos aspectos que revelan el músculo de Heriberto Félix Guerra, el secretario de Desarrollo Social a quien el presidente Felipe Calderón ha convertido en su santo de las causas difíciles. Desplegada a dos planas del periódico Excélsior, la semblanza firmada por Andrés Becerril es cuidadosa y precisa en la ponderación de ciertos elementos clave para considerar al señor Félix Guerra como el menos flaco entre la famélica caballada panista que avanza a paso cansino sobre la candidatura presidencial.

El ser un panista sin credencial, como se define a sí mismo el secretario de Sedesol, lo hace tomar distancia de ese grupo de panistas-panistas que se han enfrentado cada vez que hay un proceso de elección interna, en el que invariablemente se dan hasta con la cubeta.

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Pero bueno, no nomás de chamanes está compuesto el segundo círculo de Félix Guerra (el primero está compuesto por políticos foxistas, gobernadores y legisladores federales); en él también se encuentran personajes como Mario Sánchez Ruiz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Lorenzo Servitje, dueño de Bimbo; Agustín Coppel Luken, presidente y director general del Grupo Coppel, quien además es su compadre. Entre otros, también se cuentan en ese círculo Eduardo Sojo Garza Aldape, titular de Inegi; Mario López Valdez, gobernador de Sinaloa; Manuel Clouthier Jr., diputado federal y uno de sus principales promotores; Gustavo Madero, presidente nacional del PAN; José Guadalupe Osuna Millán, gobernador de Baja California y uno más: Guillermo Padrés Elías, con quien estableció una buena relación cuando coincidieron en el Senado.