Por Martín Romo

Derivado del corre y corre y no lo alcanzan, en que han traído al diputado Otto Claussen, dan cuenta que si por ahí se lo encuentran y lo ven más delgado, no es porque haya ido con López Caballero -el doctor-, sino que más bien es al Contralor estatal, Carlos Tapia, al que le debe el favor, por la “cola” que le ha puesto para que acuda a declarar. De ese vuelo.

Al manejarse que Tapia Astiazarán ya no halla qué argucia utilizar para ver frente a frente al Otto y recordarle que tiene que explicarle a los sonorenses las supuestas cuentas no muy claras que dejara en el Isssteson, cuando fungiera como director en la pasada administración, toda vez que hasta la fecha no se ha querido dar por enterado, de que según esto desde hace rato que ya fuera notificado para ese efecto. A tal grado se ha dado esa carrera de pronostico reservado, que incluso ya motivó algunas apuestas entre los integrantes del gremio dela Prensa, y es que el legislador del PRI y “Presi” en turno del Congreso del Estado, se ha ocupado más en justificar que no le han entregado ninguna notificación, pero no en aportar alguna prueba o argumento en defensa de las acusaciones de las que lo están haciendo objeto. ¡Tómala! Lo que para algunos quiere decir que ya no es tanto su inocencia, lo que le importa dejar en claro, sino el que no ha sido avisado y por lo cual según él no tiene ninguna explicación qué dar. ¡Qué tal!