La salida de José Bolaños Castro de la Dirección de Seguridad Pública podría no tener nada de particular, puesto que prácticamente en todas las administraciones públicas se han experimentado cambios en ese puesto. Desde que tengo uso de razón, las salidas de comandantes policiacos son hechos hasta cierto punto comunes, y son muy pocos los que han permanecido en el puesto durante los tres años de un Ayuntamiento.
Sin embargo, la separación del cargo de Bolaños Castro, como haya sido, manifiesta aspectos interesantes, al margen de las presuntas “grillas” que se armaron desde que asumió el cargo. De hecho, el simple anuncio de la designación de Pepe como Director de Seguridad Pública, desde el mismo inicio de la administración, generó muchas dudas sobre su permanencia en la comandancia policiaca.
Otro detalle importante en este aspecto es que desde un principio también se habló de que traía algunas diferencias con el Secretario del Ayuntamiento, Alonso Arriola. Esto quizá muchos no puedan entenderlo, pero jerárquicamente, el encargado de la política interna del ayuntamiento es el jefe directo del responsable de la seguridad pública, y no querer someterse a las órdenes de éste es tanto como estar jugueteando con el puesto conferido. Yo no sé, finalmente, si Alonso estuvo bien o mal como jefe inmediato de Bolaños Castro, pero éste quizá así debió haberlo entendido desde un principio. Y todo indica que no lo hizo.
Todavía hasta esta mañana había desconcierto acerca de quien sería el sustituto de Bolaños Castro en la comandancia, con todo y que no se había hecho oficial su separación del cargo. Los nombres de Carlos Cortés, de la gente de confianza de Francisco Bueno Ayup, Director de Alcoholes en Sonora, y de Ramón Aguirre Vizcarra, actual subdirector, son los que se mencionan como los más probables para hacerse cargo de ese delicado puesto. Quizá en el curso de la mañana haya información oficial al respecto.
Sin embargo, la separación del cargo de Bolaños Castro, como haya sido, manifiesta aspectos interesantes, al margen de las presuntas “grillas” que se armaron desde que asumió el cargo. De hecho, el simple anuncio de la designación de Pepe como Director de Seguridad Pública, desde el mismo inicio de la administración, generó muchas dudas sobre su permanencia en la comandancia policiaca.
Otro detalle importante en este aspecto es que desde un principio también se habló de que traía algunas diferencias con el Secretario del Ayuntamiento, Alonso Arriola. Esto quizá muchos no puedan entenderlo, pero jerárquicamente, el encargado de la política interna del ayuntamiento es el jefe directo del responsable de la seguridad pública, y no querer someterse a las órdenes de éste es tanto como estar jugueteando con el puesto conferido. Yo no sé, finalmente, si Alonso estuvo bien o mal como jefe inmediato de Bolaños Castro, pero éste quizá así debió haberlo entendido desde un principio. Y todo indica que no lo hizo.
Todavía hasta esta mañana había desconcierto acerca de quien sería el sustituto de Bolaños Castro en la comandancia, con todo y que no se había hecho oficial su separación del cargo. Los nombres de Carlos Cortés, de la gente de confianza de Francisco Bueno Ayup, Director de Alcoholes en Sonora, y de Ramón Aguirre Vizcarra, actual subdirector, son los que se mencionan como los más probables para hacerse cargo de ese delicado puesto. Quizá en el curso de la mañana haya información oficial al respecto.
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