Es decir, cumpliré con mi responsabilidad ciudadana de emitir mi voto, porque estoy cierto que la democracia política-electoral se alimenta de la participación ciudadana. Lo más seguro es que anule mi voto. No me convence ningún candidato, ni sus propuestas de campaña. Sé también que las próximas elecciones representan una gran oportunidad para enviarle a los partidos políticos un mensaje claro y contundente.

Que no soy un convidado de piedra en la tarea de consolidar la democracia en México. Que estoy harto de que me vean la cara y que ya no estoy dispuesto a tolerar o solapar sus sinverguenzadas. Que no volveré a darle mi voto a ningún candidato que no esté comprometido con mis intereses como ciudadanos y que no esté dispuesto a someterse a un proceso real de rendición de cuentas.

No se tu, pero yo estoy convencido que este 5 de Julio representa la única oportunidad real tengo para advertirles a los partidos políticos y a sus dirigentes que si quieren mantenerse o llegar a “Los Pinos”, a través de las presidenciales del 2012, tendrán que dejar de ofrecerme sus méndigos “souvenirs” y comprometerse -con hechos- con mis intereses y los del país que quiero para mi y mi familia.