Por Arturo Soto Munguía 

Pues bien, parece que en vísperas del tercer informe de gobierno, algunas cosas parecen comenzar a marchar en Sonora. 

En el Congreso del Estado, por ejemplo, se alcanzaron acuerdos para resolver el caso de Fronteras, un pequeño municipio sumido en el desgobierno, ya que Francisco Reyes Trujillo, el alcalde electo, fue aprehendido por fuerzas federales un día antes de que tomara posesión, acusado de mantener vínculos con el crimen organizado. El señor fue postulado por el PAN. El Pleno del Congreso de Sonora también acordó llamar al señor Manuel Alberto Fernández Félix, para rendir protesta como diputado local, ante la ausencia del propietario, Eduardo Castro Luque, ganador de la elección en el Distrito local XVII y quien fue asesinado a las puertas de su casa, dos días antes de que asumiera el cargo. El suplente, como se sabe, es acusado por la Procuraduría Estatal, como presunto autor material del asesinato.

También se resolvió en el Congreso la renovación de la Mesa Directiva, que durante los 20 días que restan al mes de octubre, estará presidida por el joven Everardo Córdova, panista que habrá de recibir este sábado, el III Informe de Gobierno.

Estos tres asuntos, coyunturales sin duda, mantenían en suspenso el acontecer político en Sonora. Todo parece indicar que se resolvieron después del encuentro que hace un par de días, sostuvo Guillermo Padrés con los legisladores del PRI y del PVEM, en Casa de Gobierno. Dicen, sostienen y aseguran los que le entienden más que este humilde columnista a la cosa política, que esos acuerdos se alcanzaron, gracias a la ausencia en esa reunión, del Secretario de Gobierno, Roberto Romero López. Claro, como en el Nuevo Sonora lo que no es histórico es inédito, podemos asumir que los principales acuerdos políticos para la gobernabilidad en el estado, sólo pueden proceder si no está presente el responsable de la operación política en Sonora. ¿Bizarro? No. Sólo una estampa para ilustrar ese eslogan de que “Vamos bien, vamos muy bien”.