Por José Luis Parra 

En el Hospital Chávez trabaja un camillero llamado Beny, sumamente conocido por la amabilidad y alegría con que desarrolla sus actividades. Pero este miércoles vivió una experiencia que difícilmente olvidará y que lo convirtió en todo un héroe:

Al trasladar en silla de ruedas a una mujer embarazada a punto de iniciar el trabajo de parto, que se viene la emergencia. Angustiado, Beny gritaba: Soy camillero, no partero. Pero la ocasión ameritaba acción. Y el camillero hizo el corte del cordón umbilical, se quitó su camisa de trabajo y en ella envolvió al recién nacido, al que posteriormente reportaron en perfectas condiciones, como si hubiese venido al mundo en el quirófano. Todavía pálido, con el rostro desencajado pero sumamente orgulloso por el acto realizado, Beny recibió las felicitaciones de sus compañeros de trabajo y hasta del taxista que brinda sus servicios por fuera del área de emergencias del Hospital Chávez.

Esta historia de vida debieran reflexionar en el ISSSTESON en estos momentos de aguas agitadas en el sindicato. Y las personas encargadas de manejar la imagen gubernamental, bien harían en difundir este episodio que refleja la capacidad e iniciativa de los trabajadores del Hospital Chávez, lo mejor del Instituto, sin lugar a dudas. Desde este humilde espacio, nuestra más sincera felicitación y reconocimiento a Beny, el héroe desconocido