Por Esteban Martínez Díaz

Por las noticias que nos llegan, se puede afirmar que en Sonora las cosas andan mal, muy mal, debido a la inhabilidad gubernamental en el manejo financiero y a la existencia de una quiebra generalizada de los ayuntamiento, que también deja en estado de quiebra moral, política y económica al gobierno de Padrés, que marcha a pasos agigantados a la ingobernabilidad. Los comentarios sobre la gobernanza sonorense, son malos y de aguda crítica al que ya no se le puede llamar jefe político de la entidad y que va forjando un buen futuro para el PRI en el año 2015, lo que hará corto el tiempo del PAN en el poder logrado con la tragedia de la guardería, cuya justicia sigue en veremos, repitiéndose incendios y connatos en esos resguardos, lo que nos deja perplejos ante la forma inmadura de manejar este asunto de parte del Seguro Social y al mantenimiento de sus funcionarios en el poder, lo que representa una bofetada a los sonorenses que no cesan de pedir el castigo que se merecen los responsables.

Son más de 45 municipios los que viven la crisis. Endeudados por sus malos administradores y por la ineficiencia de los funcionarios de Hermosillo que, inexplicablemente, mantuvieron nula su vigilancia en estas alcaldías y en otras que están por salir a la luz, pero que se han mantenido en la opacidad, debido a que el gobierno del Estado no les da importancia por su escasa presencia en las maniobras políticas, pero que, en realidad, son mayores por el número de ciudadanos que los habitan y que están pasando las de Caín por falta de los servicios públicos elementales . 

Es claro que esto pueda suceder a un gobernador que ha dejado en el olvido a su ciudad natal, una sede urbana histórica y principal polo minero del país, para dar atención al magnate Germán Larrea que se comprometió a dotar a Cananea de su antiguo esplendor, mediante una inversión de miles de millones de pesos, sin haber cumplido su palabra, además de que dejó en la calle a miles de trabajadores de la antigua compañía en huelga desde hace años, firmando contrato colectivo de trabajo con la CTM para que esquiroles procedieran a la explotación de las minas como está sucediendo.