Por Rafael Cano Franco

En lo que se refiere a la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales que estaba en proceso de construcción en Hermosillo, gozo se fue al pozo, y aunque parecía que Agua de Hermosillo había podido recomponer todas las irregularidades cometidas desde el principio que dio a conocer los fallos de las licitaciones, pues resultó que siempre no y tal como se lo adelantamos en este espacio, ayer se dio a conocer que la Secretaría de la Función Pública detuvo la obra por irregularidades en la segunda licitación.

Por supuesto que el PRI Hermosillo, no perdió la oportunidad y de inmediato exhibieron los documentos que firmó Rogelio Aldaz Romero, director general de Controversias y Sanciones en Contrataciones Públicas de la SFP, donde establece con toda claridad la suspensión de la obra.

Más allá del engaño en que Agua de Hermosillo nos tuvo a los capitalinos asegurando que la edificación de la planta continuaba sin mayores contratiempos, está el daño patrimonial: no solamente se tiene que devolver el dinero invertido, además pesa una enorme multa que Conagua cobra a aquellos ayuntamientos del país que no den tratamiento a sus aguas residuales y que en el caso de la Capital de Sonora, asciende a varios cientos de millones de pesos.